34 años en el exilio, una aproximación a los campamentos de refugiados saharauis
El Sáhara Occidental fue colonia española desde 1934 hasta 1975, cuando tiene lugar la firma de los Acuerdos de Madrid por los que España pone fin a su presencia en la región y cede la administración del territorio a Marruecos y Mauritania. El 26 de Febrero de 1976 concluye el mandato español en el Sahara Occidental y sólo un día después, el Frente Polisario proclama la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática, la RASD. |
Tropas marroquíes y mauritanas ocupan las principales ciudades y decenas de miles de saharauis se trasladan al desierto. Sin embargo, otra parte de la población opta por quedarse en su territorio y da comienzo a un largo período de ocupación y represión que no se detiene siquiera con el alto al fuego de 1991. Se crean así los llamados ‘territorios ocupados’, en los que residen unos 200.000 colonos procedentes de Marruecos así como los ciudadanos y ciudadanas saharauis que permanecieron al comenzar la invasión. Son estas personas las que, hasta día de hoy, vienen sufriendo detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones, procesos judiciales injustos y una gran restricción de libertades fundamentales, como la libertad de expresión o de movimiento.

Otra parte de la población saharaui se vio obligada a refugiarse precipitadamente en campamentos improvisados en un territorio extranjero, el argelino. Es lo que hoy conocemos como los Campamentos de Refugiados Saharauis ubicados en Tinduf, en el suroeste de Argelia. Como consecuencia de ello, las familias saharauis viven divididas por un muro de 2.720 kilómetros de longitud, levantado en 1980 y custodiado por el ejército marroquí y minas antipersonas. Este muro separa los territorios del Sahara Occidental ocupados por Marruecos de los territorios bajo control del Frente Polisario.
Se estima que unas 250.000 personas se vieron obligadas a huir a la región de Tindouf tras la ocupación marroquí. A su llegada se encontraron con una amplia región desértica, la ‘hamada’ argelina. Se trata de una zona caracterizada por su paisaje árido y pedregoso y conocida por su falta de vegetación y sus extremas temperaturas que pueden alcanzar los 55 grados. En ese medio tan hostil lograron crear un sistema organizativo socio-político que todavía perdura, en el que cada persona tiene un papel que desempeñar y asume sus responsabilidades con su pueblo.
En los más de 34 años de bloqueo y conflicto, la sociedad saharaui de los campamentos ha atravesado diversos procesos. La primera fue una fase revolucionaria, iniciada por los jóvenes y en la que las mujeres se hicieron cargo de toda la organización, administración y planificación de la vida de los campamentos, ocupando los lugares de toma de decisiones.
La segunda etapa dio comienzo en 1991 tras el anuncio por Naciones Unidas de un Plan para el Referéndum en el Sáhara, por el que se firmaba un alto el fuego y se instituía la celebración de una consulta 24 semanas después. El plan establecía que la administración del territorio quedaría en manos de una fuerza civil y militar de la ONU que se denominará MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Sahara Occidental).
En estos años, la MINURSO elabora un censo para un supuesto referéndum sobre la autodeterminación que nunca llega a celebrarse. Se trata de una etapa de esperanza en la que también se produce la entrada de dinero en la sociedad de los campamentos.
A partir de 1997 comienza una etapa post-revolucionaria marcada por el abandono internacional, la desmotivación frente a los frustrados intentos de solución política, el incremento de las desigualdades sociales por el debilitamiento del sentimiento comunitario, la emigración y la búsqueda de nuevas estrategias de supervivencia. El alto número de apelaciones y la oposición frontal de Marruecos a considerar la posibilidad de la autodeterminación llevaron a que no se celebrara nunca referéndum de autodeterminación previsto en el los acuerdos de de Houston para el 7 de diciembre de 1998.
La situación actual, consolidada a lo largo de todos estos años en los que el Plan de Paz no se ha llevado a término, podría calificarse de ‘ni guerra ni paz‘ ya que no reúne las condiciones ni de la una ni la otra.
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