Andrew McConnell
Fotografías
Testimonios
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Mohamed Lamin Slot
26 años
Conductor de la ambulancia, en la foto en el desierto cerca del campamento de refugiados de Rabuni, Argelia. |
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Nací en el campamento de El Aaiún en 1983. Crecí aquí y nos hemos acostumbrado a esto. Estudié durante seis años en Argelia. Empecé a trabajar como conductor de ambulancias en 2005, es un gran trabajo y me gusta. Resulta muy cansado, pero me gusta ayudar a la gente. Estuve un año aprendiendo primeros auxilios. Al principio fue difícil, recuerdo cosas malas como la sangre y las heridas y lesiones, pero ahora es normal para mí. Nunca descansamos, siempre hay alguna emergencia, tal vez hay ocho o nueve casos por día. Trabajo de sábado a viernes y toda la semana incluso durmiendo en el hospital. La siguiente semana la tengo libre. Casi no duermo durante esa semana. Lo peor es cuando la gente muere en el camino hacia el hospital. Te hubiera gustado llevarles al hospital a tiempo, pero no pudiste.
Con el tiempo he aprendido las mejores rutas entre los campamentos. Una vez me perdí en una tormenta de arena con un paciente. Estábamos muy asustados. Llevaba a un señor mayor al campo de refugiados de Auserd. La tormenta llegó después del atardecer y no podíamos ver nada. Con cuidado conseguí encontrar el camino y llegar. Para conducir aquí tienes que conocer las rutas y se necesita práctica. Hay diferentes caminos para ir a los campamentos por lo que tienes que saber cuál es el correcto. Existe una carretera construida por los argelinos, pero sólo va de Rabuni a los campamentos de 27 de Febrero y de Smara. Resulta una gran ayuda para nosotros. El campo de Dajla es el peor lugar para tener una emergencia ya que está muy lejos. Cada campamento tiene una ambulancia y dos conductores, pero con eso no es suficiente.
Tenemos muchas expectativas y esperanzas, pero no hemos visto resultados tangibles. La paz es muy bonita, pero es mejor volver a la guerra. Nadie quiere morir, pero es demasiado tiempo esperando. Hemos nacido y crecido aquí, es demasiado tiempo. No le importamos nada a Naciones Unidas. |
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