Nací en El Aaiún en el territorio ocupado en 1967. No recuerdo nada. Mi familia se trasladó a los campamentos en 1975. Vinimos aquí en coches, recuerdo algunas incursiones aéreas y el hecho estar separado de mi familia. Después de un año en los campamentos me fui a estudiar en Argelia. Me quedé allí durante diez años. No solíamos escuchar ninguna noticia sobre lo que estaba sucediendo a menos que hubiera algo en la radio acerca de una batalla. Cuando regresábamos en verano era genial, teníamos muchas cosas que hacer, incluso entrenábamos con armas. No sabíamos que la guerra se iba a detener así que estábamos dispuestos a luchar.
Cuando volví a los campamentos me casé de inmediato. Era soldado entonces y todavía lo sigue siendo hoy. Ahora está trabajando en territorio liberado. Me alegró el alto el fuego porque no quería que muriera más gente. Ahora creo que si no nos hubieran detenido podríamos haber obtenido la independencia. Nunca pensamos que llegaríamos a este nivel, incluso tenemos hijos e hijas y algunas de nosotras ya somos abuelas. No sé qué va a pasar en el futuro, pero anhelo la independencia para poder regresar a mi tierra y que mis hijos pueden ver a su patria. Si no volvemos a la guerra nunca conseguiremos la independencia.
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