Desde la perspectiva humanitaria y de la consecución efectiva de su derecho a la salud, Médicos del Mundo es consciente de las graves consecuencias de la situación de exilio forzado del pueblo saharaui y la consiguiente dependencia de la ayuda externa. Los más de 30 años de exilio en los Campamentos de Refugiados Saharauis, la consiguiente dependencia de la ayuda externa y la vulneración continua de sus derechos colectivos e individuales generan graves problemas de salud a la población saharaui refugiada y suponen una flagrante vulneración de su derecho a la salud.
Es preocupante también la gran vulnerabilidad de las mujeres y de la población infantil. La vulnerabilidad de las mujeres viene determinada no sólo por condiciones biológicas, sino también por los riesgos vinculados a la función reproductiva en un contexto de precariedad y en base a las diferencias por razón de género.
Así, en los campamentos se observa una carencia grave en aspectos organizativos básicos del sistema sanitario. Esta precariedad se manifiesta en la falta de personal médico, en deficiencias en otros estamentos profesionales y en el deterioro de la capacidad de respuesta en cuidados sanitarios y servicio de emergencia. La alta fragilidad de los servicios de protección y atención sanitaria compromete el acceso de la población a una atención en salud de calidad.
Por último, las poblaciones asentadas de manera permanente o seminómada en los territorios liberados padecen de discriminaciones en su acceso a los servicios de salud en función de su situación geográfica, con una situación especialmente grave al suroeste del muro levantado por el ejército de Marruecos. |