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Andrew McConnell

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Ali Salem Salma


41 años
Estadístico del gobierno saharaui, fotografiado viendo la televisión en casa con su esposa, Nabba, y su hijo de cuatro años, Khadda, en el campamento de refugiados de Smara, Argelia.

 

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Nací en El Aaiún, en octubre de 1968. En 1975 nos construimos una casa en Zemla, un barrio de la ciudad. A finales de ese año Marruecos invadió nuestras ciudades durante la ‘Marcha Verde’ y los soldados marroquíes nos dijeron que debíamos abandonar nuestro hogar. Civiles marroquíes se instalaron en nuestras casas. Tardamos seis meses en llegar a los campos de refugiados en Argelia y todavía seguimos aquí. Conservamos una llave de nuestra casa y tenemos incluso documentos para demostrar que nos pertenece. Cuando llegamos por primera vez a Argelia no había nada en este lugar. Recuerdo que muchos niños muriendo. Muchas familias enviaron a sus hijos a estudiar al extranjero, incluso a niños con tan solo tres años de edad.

Fui a Libia en 1976 con un montón de niños y niñas, alrededor de ochocientos. Viajamos en varios autobuses durante días y llegamos a Trípoli. Fue bueno para nosotros. Nos ayudaron con comida y ropa y nos facilitaron una educación muy buena. Fui a la universidad en Argelia y en 1992 me licencié en Estadística. Regresé a los campamentos a trabajar para el Gobierno saharaui. Nuestra vida aquí es simple. Sabemos que hay mejores maneras de vivir y que debemos estar muy bien organizados para poder sobrevivir. Ahora puedo enviar a mis hijos a la escuela y quizá puedan viajar a estudiar en una universidad pero, incluso si consiguen una titulación, regresarán aquí y no tendrán nada porque no hay posibilidad de un trabajo.

Sé que se acordó un alto al fuego y las circunstancias internacionales nos han obligado a respetarlo. Pero yo creo, y yo no soy el único, que la única manera de obtener nuestra libertad es la guerra. Sabemos que Naciones Unidas no puede imponer nada y son una organización débil. La mayoría de sus decisiones ni se aplican ni se escuchan. Estamos aquí, en esta tierra que no pertenecen al pueblo saharaui, y todo el mundo sabe que no nos vamos a integrar ni a ser parte de Marruecos. Creemos que la única organización es el Frente Polisario y respetamos su decisión de negociar, pero al final nuestra paciencia se está agotando.