Testimonios

Andrew McConnell

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Testimonios

Dada Mohammed Kehel

54 años

Mujer beduina fotografiada en su casa en Tifariti, en el Sáhara Occidental controlado por el Polisario.

Nací en Smara en el territorio ocupado [del Sáhara Occidental] en 1955. Recuerdo de entonces los valles y las pequeñas casas. Me encantaban esos valles alrededor de Smara. Me sentía libre allí, hasta el viento olía a libertad. Iba a la escuela con niños españoles. Era una vida sencilla, juntos, integrados, tenía amigos españoles. Los españoles lo tenían todo, coches, excavadoras, hicieron carreteras. Cuando se fueron fue como enterrar a la población saharaui, nos sentimos apuñalados por la espalda. Cuando Marruecos nos invadió corrí a reunirme con mi familia. Las invasión fue una sorpresa para todos porque no teníamos radios. Algunos huyeron a pie y otros montados en camellos, pero muchos fueron capturados.

Pasé mucho tiempo en los campamentos. Lo odiaba, me sentía como un turista en Argelia y odiaba esa sensación. Así que después del alto al fuego me trasladé a los territorios liberados. Aquí somos libres y me encanta, pero también existen dificultades. Hay escasez de agua y no has escuelas para niños y niñas. Cuando llueve nos mudamos para poder alimentar a las cabras, pero no muy lejos de Tifariti. Pero incluso con estas dificultades se trata de una vida mejor. Prefiero la vida bajo los árboles en lugar de las casas de los campamentos.

Odiaba perder a nuestros hombres en la guerra, pero era necesario para conseguir la justicia y la independencia. He perdido dos maridos. El primero en 1978 en la Operación de Smara cuando el Frente Polisario intentó liberar a los prisioneros civiles. El segundo murió en una operación cerca de Zuk. Si la guerra comenzara de nuevo mis hijos podrían morir como sus padres porque sienten lo mismo que ellos. No puedo ni hablar acerca de cómo me sentiría, sería muy difícil (pausa)... pero es la única manera de obtener justicia para la población saharaui. El proceso de paz y la ONU no pueden dar una solución para el pueblo saharaui, dieciocho años no han servido para nada. La guerra debe comenzar de nuevo si estas conferencias no traen la independencia pronto. He aguantado 35 años y todas las mentiras de las Naciones Unidas durante el tiempo que se extiende la misión de la MINURSO.