Andrew McConnell
Fotografías
Testimonios |
Neitu Bachir
45 años
En la foto, en las dunas de arena en el campamento de refugiados de Dajla, Argelia.
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Nací en 1964 en El Aaiún, en el territorio ocupado. Era un lugar muy hermoso y no teníamos problemas con los españoles. Éramos beduinos y pasábamos la mayor parte del tiempo en el desierto. Cuando los marroquíes llegaron en 1975 fue un día negro. Estábamos en acampados en el desierto y empezó a llegar mucha gente. Por entonces me encontraba enfermA y me llevaron en un camión a Guelta. Parte de mi familia se quedó en El Aaiún y algunos de ellos, como mis hermanos y mis primos, fueron encarcelados. Sólo les he visto una vez desde entonces, [por el programa de intercambio de Naciones Unidas]. En los campamentos éramos felices porque luchábamos contra los marroquíes. Argelia nos enviaba alimentos ya que todavía no estaba Naciones Unidas. No pensábamos en las dificultades, cuidábamos de los hombres y excavábamos trincheras, por si bombardeaban los campamentos. Recuerdo el frío de la noche. Durante el día, nos ocultábamos en la tierra. Cuando se firmó el alto el fuego, todo se calmó y comenzó a llegar la ayuda humanitaria.
Vivo en el campo de refugiados de Dajla desde hace 33 años. Está bien, pero no es agradable. Tenemos suficiente para comer y he criado a mi familia aquí, pero este no es nuestro hogar y no nos sentiremos bien hasta que no volvamos [al Sáhara Occidental]. Nuestra gente está siendo encarcelada y perseguida por Marruecos. Naciones Unidas detuvo la guerra pero no trajo la paz, deberían hacer algo. Fue bueno detener la guerra pero no se pueden dejar las cosas así, Marruecos continúa castigando a nuestro pueblo. Habrá libertad, los marroquíes volverán a su tierra. No sé cómo, pero no podemos pasar más tiempo así. Si no tienes una vida verdadera, es mejor morir luchando. |
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