MEMORIA 2020

Malí

Contexto

La presencia de Médicos del Mundo en la región de Kayes, en el sur de Mali, se remonta a junio del 2010. Desde entonces, ha ejecutado sucesivos programas en materia de salud sexual reproductiva contribuyendo al refuerzo del sistema de atención primaria de salud prestado por los distritos sanitarios de Bafoulabé y Kenieba. Dichos programas han perseguido aumentar la accesibilidad de la población usuaria a servicios públicos de salud de calidad.

Los programas ejecutados hasta la fecha se han articulado con los principales actores de salud a nivel comunitario y con la sociedad civil organizada. Esto ha permitido consolidar los mecanismos de coordinación entre la red de servicios públicos de salud y las comunidades de referencia, incorporando un análisis de las desigualdades preexistentes en materia de salud por razón de género y considerando la diversidad cultural como una oportunidad para potenciar una comprensión de la salud más inclusiva que persiga la complementariedad de ambas medicinas, la convencional y tradicional.

Este año 2020, el país se ha visto particularmente marcado por dos hechos muy significativos. Por un lado, la pandemia covid-19 que, a finales de año, registró un total de 7.090 casos y 269 muertes. Pese a que al inicio de la pandemia se pronosticaba un mayor impacto de la covid-19 en el país, el débil sistema sanitario maliense se ha visto particularmente afectado. Frente a ello, se dotó con material de prevención y control de infecciones a los centros de salud del distrito de Bafoulabé. También se formó a su personal sanitario en la materia y el suministro de equipos de protección. En este 2020 Médicos del Mundo cierra su misión en el país, después de una andadura que se inició en 1998, en la Región de Gao, y que se consolidó en 2010 en la región de Kayes.

Por otro lado, en agosto de 2020, tras el golpe de estado de una Junta Militar, el presidente de la República, Ibrahim Boubacar Keïta, fue derrocado. A finales de septiembre, se nombró un gobierno de transición por un periodo máximo de 18 meses, contando con el beneplácito de la CEDEAO y de la comunidad internacional. Esta situación de inestabilidad sociopolítica se suma al recrudecimiento de la violencia derivada de los conflictos con los grupos separatistas y de carácter yihadista en el centro y norte del país, y que desde 2012 ha causado innumerables muertes y el desplazamiento interno de más de 250.000 personas según estimaciones oficiales.

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